Los objetos que nos rodean están fabricados para satisfacer las necesidades del ser humano y mejorar su calidad de vida: ropa, electrodomésticos, transportes, casas, teléfonos, ordenadores,… Estos objetos se fabrican con una gran variedad de materiales cuya elección es fundamental si queremos que nuestro producto final cumpla su cometido.
Los materiales constituyen cualquier producto de uso
cotidiano y desde el origen de los tiempos han sido utilizados por el hombre
para mejorar su nivel de vida.
Al principio, éstos se encontraban espontáneamente en la
naturaleza: la madera, la piedra, el hueso, el cuerno o la piel. Más tarde se
empezaron a emplear otros materiales más elaborados como la arcilla, la lana o
las fibras vegetales, para llegar más tarde al empleo de los metales y las
aleaciones y terminando, con la revolución industrial, con el auge del uso del
acero por encima de todos los demás materiales.
Se tiene que tener la mayor información posible para que
cuando debamos optar por un material, para fabricar un objeto, un útil, o una
máquina, la elección sea acertada, reuniendo el material todas las
características que precise.
La obtención de nuevos materiales y los procesos productivos
para su transformación en productos finales es un fin de la tecnología. Para
ello es necesario conocer sus orígenes, propiedades, características y
comportamiento ante los distintos tipos de requerimientos.
Se han desarrollado innumerables materiales diferentes con
características muy especiales para satisfacer necesidades muy concretas de
nuestra compleja sociedad, metales, plásticos, vidrios y fibras. Actualmente
los adelantos electrónicos más sofisticados se basan en el uso de
semiconductores. Por eso, es importante conocer los tipos de materiales que
podemos encontrar; sus características; saber elegir los que mejor se adapten a
nuestro objeto y al sistema de fabricación que vamos a emplear; así como
valorar las ventajas e inconvenientes de cada uno.